La alineación es la posición de las articulaciones, una respecto a la otra, cuando hacemos el pino. Buscamos que las muñecas, codos, hombros, caderas, rodillas y tobillos estén alineados unos sobre los otros. ¿Para qué? No es porque se vea más bonito de fuera, sino que sentirás que la invertida es mucho más fácil de sostener. Estarás usando tu propia estructura ósea para mantener el pino y no tendrás que usar tanta fuerza.
Vamos a darle prioridad a las articulaciones desde los hombros hacia abajo, ya que son las que están más cerca del suelo y nos ayudan a encontrar el equilibrio en el pino en primer lugar. Una vez hayamos perfeccionado estas, podríamos seguir prestando atención a las caderas, rodillas y tobillos.
Las manos están directamente en contacto en el suelo y es fundamental que sepas usarlas para encontrar el equilibrio al hacer el pino. Lo más importante es que uses la yema de los dedos para empujar el suelo cuando sientas que te estás cayendo hacia atrás, o lo contrario, empujar con el talón de la mano (la parte más cercana a la muñeca) cuando te estas cayendo hacia el mismo lugar desde dónde venías. Algunas claves para empezar a activar más tus manos son:
Los codos siempre deben estar estirados. Intentar hacer el pino con los codos doblados hará que te canses rápidamente porque estarás usando únicamente la fuerza para sostenerlo.
Los hombros son tu gran aliado a la hora de hacer el pino. Necesitamos unos hombros fuertes pero también flexibles. Empezando por la fuerza, el mejor consejo que puedo darte es que pienses en empujar el suelo todo el tiempo, sí, todo el tiempo. Esto se traduce en unos hombros elevados, como si buscases tocar tus orejas con tus bíceps, o alejar la cabeza del suelo lo más que puedas.
El siguiente punto sería hablar de abrir tus hombros. Esto requiere de bastante movilidad y puedes trabajarlo sin estar necesariamente haciendo el pino y luego aplicarlo aquí. Esto requiere tiempo y paciencia, así que no te rindas a la primera!
Vamos a intentar siempre mirar entre las manos sin forzar el cuello o tener la cabeza hacia delante. Buscamos un cuello relajado mientras llevamos la mirada entre los dedos pulgares. Es la mirada y no toda la cabeza la que busca el punto entre las manos. Es como si estuvieses sentado y buscas mirar el techo sin llevar la cabeza hacia detrás. Tus ojos suben mientras la cabeza no se mueve.
Para resumir, quédate con estos cinco puntos más importantes y practícalos, ya sea haciendo el pino contra la pared o con los pies subidos a una silla para empezar.
En este taller del pino te explico toda esta teoría, además de ejercicios prácticos para aprender a aplicar cada uno de estos puntos. Encontrarás muchos ejercicios en el suelo para ir interiorizando cada uno de ellos y más de 10 técnicas diferentes para trabajar en la pared.
Namasté,
Elena
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